Viviendo en una casilla de ferrocarril, pero ya seguros de que este era su lugar en el mundo, comienzan a construir esta casa, adonde se mudan en 1934. Rogelio y Juana no concebían otra vida que no fuera en Jacobacci, y aquí se quedaron toda su vida, aún con los sacrificios que significaba tener que enviar a sus hijos pupilos a colegios lejanos (las escuelas apenas empezaban a formarse y sólo había hasta 2do o 3er grado al principio).
El Dr, Cortizo era un médico de profunda vocación, y de un innegable sentido de servicio y de solidaridad para con sus conciudadanos y pacientes. Hay varias referencias de que, por ejemplo, cuando a algún paciente muy carenciado había que derivarlo a Bs As, y no contaba con los medios para sostenerse, él financiaba su estadía afuera de su propio bolsillo para que pudiera curarse.
El rol del médico en aquellos años exigía diversidad de atención: como puede verse en el Consultorio (exhibición de algún material quirúrgico), se observa instrumental para cirugía toráxica y abdominal, traumatológica, de amígdalas, material de ginecología y obstetricia, etc.